Aquellos días soleados de inicios de la segunda mitad del siglo XX los juegos que predominaban no eran los de salón y más bien predominaban los de cielo abierto y puertas abiertas, además se trataba de juegos ajenos al roce entre los participantes y eso los hacía sanos, aunque a decir verdad a veces terminaban en pleito, pero pasaba rápido. Bolitas; este era un juego en el que los participantes aprovechaban los espacios sin cementar, es decir el cemento no había ganado terreno como sucede hoy en día.

Los participantes llegaban, otros ya estaban en el lugar y comenzaban las “rajonadas” ya que algunos abrían un bolsito o mallita y comenzaban a mostrar los ejemplares que traían, bolitas antiguas que eran de dos colores, en realidad no sé porqué el nombre de antiguas, mostraban también los “chiroles” que eran bolitas de menos tamaño. Muchos tenían las antiguas como tiradoras, es decir con ellas eran con las que se guiaban en el juego. Otros traían poquitas bolitas en la bolsa del pantalón.

De repente alguno de todos con un estilo único se encargaba de dibujar un círculo y a cierta distancia una raya, ahora sí los participantes tomaban posición y desde el círculo un paso adelante tiraban a la raya para determinar quien iba prima, segunda y sucesivamente, el que quedaba más largo de la raya iba raba.

Ahora sí, a lanzar a la inversa, es decir de la raya hacía el círculo donde casi siempre habían cazadas 4 bolitas a la espera que alguien con la tiradora la sacara del círculo y por lo consiguiente de una vez se la echaba a la bolsa, Para ello tenía ventaja el que iba prima y hubiese quedado cerca de algunas de las bolitas cazadas, los jugadores hacían lo propio por quedar dentro del círculo.

Al rato se escuchaba la voz de alguno decir ya no voy más “me pelaron” pero se quedaba viendo nada más con la tiradora en la bolsa, aunque de vez en cuando también la jugaban, el juego continuaba con tres participantes, rara vez con dos.

Este era un juego donde cada participante hacía gala de lo que llamaban pulso, que era tomar la tiradora con los dedos pulgar e índice y tratar de impactar una bolita, era entonces cuando se escuchaban palabras cortas como “alcis, “limpiees”, “reventón” entre otras, este era un juego prácticado principalmente por varones. Bastaba un espació sin cementar para trazar un círculo y una raya sin necesidad de utilizar un compás y armar la jugada.

Muchos una vez “pelados” inventaban jugar botones, muchos de ellos los traían en la bolsa del pantalón y otros los tomaban de la camisa que andaban, eso sí para llegar a la casa se echaban tres piedritas iguales en la bolsa del pantalón. Otros se untaban saliva en la parte de atrás de la oreja.

Jackses; los llevaban las niñas en bolsitos, eran doce piezas de metal con una bola que rebotaba bastante, Generalmente eran cuatro las jugadoras aunque podían ser dos. El juego consistía en tomar los doce jackses en la palma de la mano lanzarlos suavemente y poner la misma mano pero volteada y juntar de 1 en | los que cayeran al piso, luego de dos en dos y sucesivamente, eso si no se valía mover otro mientras cogían, simultáneamente y para recoger los jackses se lanzaba la bola suavemente para que diera un solo rebote.

Era usual escuchar a las niñas decir; primera, segunda, tercera, dejando dos, dejando uno, cogiéndolos todos, en todos los casos la bola tenía que dar un rebote.

Cromos; eran las niñas mayoritariamente las que jugaban, muchas de ellas los llevaban en bolsitos y bastaba un espacio libre en un corredor para que las niñas sentadas en forma circular armara el juego, este consistía en cazar los cromos, estos cromos se colocaban en el piso y se golpeaban con la palma de la mano semi cerrada y la tarea era voltearlos. La que volteara más los iba guardando. En las escuelas se armaba la jugada en los recreos.

Trompos; era practicado por varones y se necesitaba de un espacio abierto ya que los jugadores requerían de un amplio espacio, para arrollar el manila en el trompo y lanzarlo, lo que se buscaba era dar en el blanco es decir a otro trompo y ojalá partirlo a la mitad o sacarle una chonela, los jugadores buscaban principalmente golpear en la parte de lo que llapaban cabeza del del puente, es por eso que los jugadores pasaban ratos en su casa afinando la punta y practicando bastante para que no se les descordelara ya que era tiro perdido. También tenían su trompo principal y traían una sapoyolilla para ponerla de carnada.

Algunos de los jugadores eran expertos en las pasarallas, es decir lanzaban el trompo de costado y hasta se escuchaba una especie de zumbido, aunque en ocasiones iban a dar al patio de las casa vecinas y en otras impactaban una vidriera de una casa o negocio. (Ilustración de J Sánchez)

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