Si alguien cree que la polarización política, ideológica, de intereses sectoriales, derechos de minorías o de grupos; se está apaciguando en Costa Rica, podría estar viendo un escenario fantasioso donde lo utópico puede estar cobijado de ingenuidad. Los grandes cambios sociales siempre están asociados a la polarización, y aunque no soy patrocinador de la polarización social como generar de cambios en democracia, quizá puede decirse que aquella surge en la desigualdad, y en la insatisfacción de las más elementales necesidades básicas de un fragmento de nuestra población. Un sistema con dogmas políticos, ideológicos y económicos excluyentes, sin duda son el escenario perfecto para la agrupación “ antisistema”. La democracia hasta aquí vista y el desarrollo de partidos clasistas, que hemos desarrollado durante las últimas décadas sin duda alguna son alimento para grupos o individuos que bajo esas consignas “ antisistema”, aprovechan la divergencia religiosa, nacionalidad, origen económico, raza o etnia, para generar conflicto y hacer de nuestra sociedad un “ verdadero mercado persa”. Los conceptos antisistema puede y deben ser de recibo cuando el sistema imperante, es excluyente, corrupto, y patrocina descaradamente la inequidad y la riqueza de algunos cuantos en contra de grandes mayorías.
Lo cierto es que la misma polarización puede ser un instrumento de cambio social, con resultados positivos. La contradicción ideológica puede llevar a un escenario de grandes cambios que beneficiarían a un gran sector de la población y perjudicaría a otro tanto igual o más grande. La madre democracia alberga con razón o sin ella la divergencia de opiniones no solo dentro de partidos políticos sino en los más inimaginables grupos civiles de ciudadanos que bajo y al amparo del derecho de reunión defienden creencias, derechos civiles, formas de vida, y cuestiones de equidad económica, y ascenso social.
Hoy esa semilla de polarización sea política, religiosa, deportiva inclusive, es más proclive a acentuarse gracias a la proliferación de redes sociales, medios de comunicación, opinólogos, trolles, analistas políticos y gobernantes.
La polarización es cada vez más evidente en redes sociales, en nuestro ejercicio democrático de la libertad de expresión y a libertad de prensa.
Quizá lo verdaderamente enriquecedor es tener mucha claridad de que lado es que estamos en la defensa de nuestros anhelos, …. No vaya a ser que estemos en el lado de nuestro adversario natural y estemos alimentando sistemas cada vez más excluyentes.
Veamos
“….. la gestación de sistemas de partidos con niveles considerables de polarización es un indicador de mayor diversidad ideológica. Al igual que en el pasado, la baja polarización ideológica se debería a que importantes sectores de la sociedad estarían excluidos y el sistema de partidos solo reflejaría conflictos entre las élites de los sistemas políticos y, en muchos casos, conflictos personalistas…”(. Polarización ideológica y satisfacción con la democracia en América Latina: un vínculo polémico. 2020 )

Por: Licdo. Gerardo Alberto González Esquivel
Exdiputado, Expresidente de la Asamblea Legislativa